Es inútil que busquéis un personaje
detrás de cada verso: es la poesía
un finísimo tul, un bello traje
con que se cubre la hermosa fantasía.
Un levísimo instante con ternura
detiene su carroza la esperanza
para borrar del rostro la amargura
y poner en el alma una fragancia.
La fantasía es diosa. Con su llave
abre la puerta de todos los ensueños,
nos regala el secreto de su clave
para hacer del dolor un dulce sueño.