Quiero robar del pájaro sus trinos,
hacer del verso góndola ligera
que surca un mar azul de primavera
bajo los claros rayos vespertinos.
Tener entre mis manos mi destino
y gustar de la dicha pasajera
aferrada a la fúlgida quimera
como el cardo a la vera del camino.
Decir las cosas que no dije nunca,
las palabras apenas entreabiertas
como los blancos capullos de los lirios,
las que al nacer apenas fueron truncas
y quedaron temblando en las desiertas
planicies de mis líricos delirios.