La poesía es un hálito divino
y un tenue resplandor,
un relámpago que cruza por el cielo
de tu mundo interior.
Es algo inmaterial que nos transporta
por ámbitos de luz;
una fuerza invisible que aliviana
del peso de la cruz.
Es música celeste y melodía
de arpegios sin igual,
es belleza, es perfume y es mensaje
de un mundo inmaterial.